El imperialismo poseía recursos económicos y militares contra los pueblos, pues cualquiera de los grupos que asumía el poder en Washington, tenía que imponerse como objetivo mantener los mercados de inversión de capitales y de materias primas, así como los desaguaderos para su producción industrial. Lenin decía, justamente, que la agresividad de una potencia imperialista está condicionada por el volumen de sus inversiones en el extranjero. Y eso explica la política de los Estados Unidos desde la segunda guerra mundial. En todos los continentes, el imperialismo norteamericano ha significado explotación descarnada, bombardeos y dolor para los pueblos.
Sin embargo, a pesar de su superioridad numérica y material, a pesar de su dominio total del aire en Vietnam, los Estados Unidos no solamente no han conseguido vencer a las guerrilas, cuyas tropas se calculan en 250.000 hombres, sino que ni siquiera tienen la iniciativa estratégica. El Frente controla las tres cuartas partes del país y la mitad de la población. Su fuerza esencial reside en su moral, su conciencia política, su patriotismo y en el apoyo de un pueblo sin el cual no podría ni durar ni extenderse.
La iniciativa del Frente se revela con su ofensiva general del Têt (31 de enero) de 1968, día del año nuevo Lunar de los vietnamitas, donde se habían previsto cuatro días de tregua, tanto en las ciudades como en los campos. Washington se da cuenta de que ya no puede ganar la guerra y se resigna a negociar. Las conversaciones se inician en Paris en mayo de 1968 entre los Estados Unidos y Vietnam del Norte y se amplían en enero de 1969 al régimen de Saigón y al Frente Nacional de Liberación. Mientras que éste último forma el 8 de junio de 1969 un gobierno revolucionario provisional, los Estados Unidos se comprometen a una vietnamización de la guerra que debería permitirles retirar sus tropas manteniendo al mismo tiempo en Saigón un gobierno leal a sus intereses.
Desde luego, las negociaciones no fueron sencillas, debido a que fueron efectuadas entre los estadounidenses, lo representantes del Frente Nacional de Liberación y el régimen de Vietnam del Sur, lo cual implicó una negociación tripartita. Henry Kissinger, quien colaboró con los presidentes Lyndon B. Johnson y Richard Nixon en las negociaciones de paz tenía una postura muy especial respecto de la búsqueda por la paz de parte de los vietnamitas del norte: era una señal de que se encontraban débiles y que estaban próximos a capitular, por lo cual deberían recrudecerse los bombardeos en Vietnam del Norte, luego de que las negociaciones en París durante los cuatro días de tregua circundantes al Têt de 1967, terminaran. Así cuando los representantes de Vietnam del Norte regresaron de las negociaciones en París, la situación no había cambiado.
Sin embargo Vietnam del Norte no se encontraba en el estado de debilidad que Kissinger pensaba. La postura de la República Democrática de Vietnam respecto a las negociaciones se volvió más renuente, estableciendo que no se llevarían a cabo ninguna a través de la coacción, ni mucho menos forzando al régimen de Hanoi a capitular. Vietnam del Norte exigía que para que las negociaciones fuesen llevadas a cabo, era necesario terminar con los bombardeos. Por otro lado, la contraofensiva vietnamita durante el Têt de 1968 fue contundente, dejando débiles y vulnerables a las fuerzas estadounidenses frente a los Viet-Cong.
En mayo de 1968 comenzaron las negociaciones en París entre la República Democrática de Vietnam, Vietnam del Sur y los Estados Unidos en París, en pleno contexto electoral donde el candidato republicano, Richard Nixon, prometía sacar a las tropas estadounidenses de Vietnam. Sin embargo, el régimen de Nguyen Van Thieu, presidente de Vietnam del Sur, entorpecía las negociaciones de paz, pues sabía que con la retirada del ejército norteamericano de Vietnam se deberían aplicar los estatutos de los Tratados de Ginebra y unificar, en caso de que el referéndum así lo señalase, a los dos Vietnams en un mismo régimen.
Al truncarse las negociaciones, Estados Unidos decidió apoyar al régimen de Saigón preparando la invasión de Laos, desde donde se podría acceder a Vietnam del Norte, arriba del paralelo 17, a través de Indonesia. En 1971 se llevarían a cabo las elecciones en Vietnam del Sur, lo cual podía significar un revés político para Nixon si Thieu perdía, dado que era utilizado por los propios estadounidenses para “autosabotear” las negociaciones en París. Sin embargo, debido a la falta de resultados contundentes, las elecciones podrían también haber servido para Nixon como una manera “decorosa” de deshacerse de Thieu.
Sin embargo, mediante la farsa electoral se mantuvo a Thieu como presidente títere en Vietnam, intención neocolonialista del régimen de Nixon que buscaba establecer a Vietnam como una extensión del domino estadounidense, lo cual le restaba sentido o razón de ser a las negociaciones en París. Sin embargo, ante la premura de las elecciones de 1972, en la cual Nixon fue reelecto, la Guerra en Vietnam, políticamente, y con las presiones sociales en universidades estadounidense, así como el movimiento hippie, hicieron la permanencia de Estados Unidos en Vietnam poco costeable.
El 27 de enero de 1973, en el Centro Internacional de Conferencias de París se firmó el “Acuerdo sobre el Fin de la Guerra y la Restauración de la Paz en Vietnam”.
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