Antes de comenzar a ver Indochina (Indochine, Régis Wargnier, 1992), el espectador debe dejar de lado todo criterio de clasificación porque, para ésta película, no aplican. No se está ante una película de época aderezada con exóticos paisajes como Pasaje a la India (A Passage to India, David Lean, 1984) o África Mía (Out of Africa, Sidney Pollack, 1985), aunque tiene elementos de éste tipo de película. Tampoco llena el paradigma de romance en tiempos de guerra, como Casablanca (Ídem, Michael Curtiz, 1943) o El Paciente Inglés (The English Patient, Anthony Minghella, 1996). Mucho menos es un filme de velada voz y vocación política, como es el caso de Munich (Ídem, Steven Spielbergh, 2005). Una vez consciente de esto, se puede disfrutar
Indochina como lo que es: un documento fílmico sui generis.
Poco antes de la Primera Guerra de Vietnam o la Primera Guerra de Resistencia, Eliane (Catherine Deneuve en una de sus interpretaciones más sólidas) una acaudalada terrateniente productora de caucho, ha decidido adoptar a Camille, una niña vietnamita de ascendencia aristocrática. Camille, cuando crece, ve a Eliane como su propia madre, y algún día, heredará toda la fortuna de Eliane. Por su parte, aunque Eliane es afectuosa como toda madre, su vida sentimental transcurre con frialdad a impasibilidad, aderezada por ocasionales romances, como lo es el joven militar Jean-Baptiste (Vicent Perez), a quien Eliane ve con ambivalencia.
Sin embargo, Jean-Baptise y la joven Camille (Lihn Dan Pham) se conocen y se enamoran, lo cual molesta a Eliane no sólo por sus sentimientos hacia Jean-Baptiste, sino porque además lo considera poco adecuado para el futuro de Camille. Eliane se vale de todos sus recursos para separar a la joven pareja, primero adelantando el matrimonio arreglado que tenía para Camille, y posteriormente moviendo sus influencias con la policía y los altos mandos militares para enviar a Jean-Baptise lo más lejos posible en Indochina. Cuando Eliane cree que todo está resuelto, Camille escapa y se aventura en la selva vietnamita para reencontrarse con Jean-Baptiste, iniciando los dos una trágica fuga por todo el territorio vietnamita.
La complejidad de la ocupación francesa en Indochina (que además de Vietnam abarcaba Laos y Camboya), así como de la Primer Guerra de Vietnam es plasmada a lo largo de toda la película. La relación entre Eliane y Camille es una clara metáfora del paternalismo francés imperial a la población vietnamita, retratado en la explotación de uno de los recursos naturales más valiosos de la región, el caucho, mostrando también la asociación entre los franceses y la clase acomodada vietnamita, si bien muchos de los futuros líderes comunistas en Vietnam pertenecerían a esta clase dirigente, situación planteada a través de la rebeldía de Camille y de su primer esposo.
Quizá para la audiencia menos versada en el devenir de la Primera Guerra de Vietnam resulte un tanto confuso el desarrollo de los eventos políticos mencionados a lo largo de la película. La confrontación inicial entre nacionalistas y comunistas contra los invasores franceses antes de la Segunda Guerra Mundial; la alianza de los tres anteriores en contra de las tropas japonesas durante la Segunda Guerra Mundial, y posteriormente contra los chinos que terminó en el reconocimiento de la independencia de Vietnam del Norte como estrategia para contrarrestar la invasión china; los conflictos entre nacionalistas y franceses contra los comunistas, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, que culminaron con los Tratados de Ginebra y la separación de un Vietnam del Norte comunista, con un Vietnam del Sur nacionalista, en vía de unificación que conllevaría, eventualmente, la Segunda Guerra de Vietnam caracterizada por la intervención estadounidense.
Fuera de los vacíos históricos que la película deja al espectador, la película Indochina es una superproducción francesa que da cuenta de uno de los episodios más dolorosos en las respectivas historias de Francia y Vietnam, semilla de una de las tragedias más grandes del agitado siglo XX: la intervención estadounidense en Vietnam. Sus paisajes exóticos, fotografiados con pericia por François Catonné, la ambientación de Jacques Bufnoir y los exquisitos vestuarios de Gabriela Pescucci revelan una investigación ardua y un trabajo aún más encomiable, si bien la película se siente por momentos forzada y sobre dirigida, alterando la fluidez de la misma.
Sin embargo, algo positivo de la dirección es sin duda el complicado trabajo realizado con Catherine Deneuve, explotando su ambigua condición de ice queen con su temperamento latino, siendo Eliane una mujer que sublima su feminidad no en un ejercicio intenso de su sexualidad, sino en una maternidad sublimada en dos ocasiones a lo largo de la película. Aunque con una ligera falta de intensidad, Vincent Perez cumple también con su papel, lo mismo que la joven Linnh Dan Pham, quien se encuentra a la par de Catherine Deneuve tanto en las escenas que ambas comparten, como en aquellas en las que sólo ella aparece a cuadro.
VIDEOS
Tráiler de la película.
Escena de Camille y Eliane bailando tango.
Camille se droga con opio en Indochina.
1 comentario:
ES DE LAS PELÌCULAS MÀS PRECIOSISTAS QY ESPECTACULARES QUE HE DISFRUTADO, Y ME LA HE REPETIDO CON TANTO PLACER, SU APASIONANTE HISTORIA, SU ROMANCE TRÀGICO, SUS ESPECTACULARES PAISAJES, SU DIRECCIÒN ARTÌSTICA, LA DENUEVE, ETC...VINCENT PEREZ GUAPÌSIMO Y APASIONADO PAPEL, EN FIN, UNA OBRA DE ARTE...
ROBERT LEDESMA-ECUADOR
misifuzseven@gmail.com
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