Luego del triunfo de Vietnam y la derrota de EE.UU. ante la opinión internacional Vietnam se convirtió en el “héroe tercermundista y vencedor del imperialismo americano”, aunque esto duraría muy poco tiempo debido a las manifestaciones de los boatpeople (chinos instalados desde hacía tiempo en Vietnam que estaban en la mira de las medidas de colectivización instauradas por los comunistas).
Asimismo hubo manifestaciones que denunciaban la tensión entre China y Vietnam, y hacían resurgir viejos antagonismos.
En especial, hubo un conflicto entre Vietnam (que tomo la iniciativa, probablemente para prevenir una insurrección en Saigón) y la Camboya de los jemeres rojos, dos Estados comunistas hasta entonces aliados contra Estados Unidos. En febrero de 1979, China, que había apoyado el sanguinario régimen de los Khmers rojos, lanzó una gran ofensiva contra Vietnam, la cual se convirtió muy pronto en un fracaso. Probablemente, cuando los dirigentes chinos tomaron conciencia de lo anticuado de su enorme ejército, se convencieron de emprender profundas reformas, que pondrían fin de manera progresiva al socialismo en su país (Lacoste).
De este modo, las graves tensiones geopolíticas existentes a lo largo de treinta años en el sureste de Asia, fueron atenuadas progresivamente. Vietnam, gobernado por el Partido Comunista, paso a formar parte de la ASEAN (Asociación de Estados de Asia del Sureste); los vietnamitas dejaron Camboya, y esta volvía a la dictadura de los jemeres rojos.
Y finalmente, luego de tantos y tan largos y desastrosos conflictos el Sudeste asiático ha demostrado mucho cuidado tanta en las relaciones internas como externas (Chinos y vietnamitas son muy cuidadosos para no volver a caer en lo que provocó el conflicto que los enfrentó en 1979), lo cual quedó claro luego de que en el 2000, el presidente nortemaericano Bill Clinton fuera recibido en Vietnam.
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